Eva Chettle es una artista franco-inglesa residente en Barcelona. Desde muy joven le interesa la biología, pero su sensibilidad y necesidad de trabajar los materiales con sus manos la llevan a estudiar en 2006 Bellas Artes en la Universidad de Barcelona especializándose en escultura. En 2013 regresa a París para integrar el taller de moldes del Muséum National d’Histoire Naturelle. En este apasionante entorno Eva realiza sus primeros ensamblajes híbridos. Posteriormente, integra el taller de moldes del Musée du Louvre donde participa en la conservación del patrimonio artístico francés, a la vez de perfeccionar sus técnicas de moldista, que le servirán para sus futuras composiciones. Paralelamente, publica en 2018 Fabuleuses Chimères con la editorial L’oeil de la femme à barbe, escrito e ilustrado a la manera de los naturalistas del siglo XIX. La obra trata del comportamiento animal imaginario de sus quimeras. En 2020 vuelve a Barcelona y aplica su dominio del volumen en decorados y escenografía. Mientras tanto, Eva no pierde nunca de vista la necesidad de ampliar su bestiario. Actualmente su horizonte creativo se centra en el desarrollo del movimiento aplicado a sus criaturas. A través de medios mecánicos, dota a sus quimeras de mayor vida para prepararlas a conquistar el mundo.

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• 2018

  lelitteraire.com

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• 2018

  soufflechaud.com

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• 2017

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Desde siempre, recojo y colecciono elementos procedentes de los mundos animal y vegetal, tales como caparazones, huesos, conchas, semillas, raíces... Extraídos de su entorno natural, estos fragmentos se convierten en reliquias, por su forma, color o belleza. Curiosamente, estos vestigios del pasado siempre encajan de alguna manera encontrando la combinación perfecta. Se incorporan en el montaje osteológico de unas criaturas híbridas, con aspecto desde alienígenas a prehistóricos. De alguna manera, estos restos de vida se reencarnan pasando del estado natural de descomposición y posterior olvido, a formar parte de una pieza escultórica llamada 'Chimère’. Además del aspecto formal y estético, al crear mi propio bestiario y contando los comportamientos de cada uno de sus habitantes, pretendo llevar al espectador más allá de lo conocido, cuestionando nuestra percepción de la realidad y de lo que damos por adquirido. De esta manera amplio el campo de los posible aportando variaciones a la teoría de la Evolución de Darwin, al mismo tiempo que empujo los límites de nuestro mundo real.